Guía

Y me deje llevar por el embrujo de su mirada, el encanto de su sonrisa y el sortilejio de sus caricias, hasta que el amanecer golpeó mi ventana, dejando entrever por la persiana los primeros rayos de sol sobre mi cara. Me deje llevar por el sueño que poco a poco se apoderaba de mi cuerpo, poco a poco fui cayendo en el sueño más profundo, con el miedo y la inseguridad de no saber si al volver a abrir los ojos tú estarás.