Podría haber, pero no pude.


Aunque lo hubiese intentado, no hubiese podido escapar del destino. Y es que las cosas pasan por que tienen que pasar, y es la manera en que la vida te pone a prueba. Todo ocurre por un porque, y aunque cueste entenderlo, las malas experiencias nos hacen más fuertes, más completos, menos vulnerables. Cuando una puerta se cierra otra se abre, y si ha pasado, es porque algo mejor te está esperando.